Bueno, pues a pesar de que soy crítica con los MOOC, he decidido meterme en este curso sobre el "Aprendizaje basado en proyectos", que es, al fin y al cabo, uno de los pilares de The Littera Project. Así que debo empezar exponiendo tres detalles de mí misma que me interesa que se conozcan, dos actividades que me apasionan y un deseo....
Tercer y último post sobre los criterios de evaluación en el aula TIC. En el anterior post mencionaba la importancia que supone cambiar la dinámica de trabajo con los estudiantes, facilitar entornos de colaboración y el diseño programado de actividades específicas en consonancia con el programa del curso, en las que la tecnología es el medio que nos ayuda a la consecución de un fín, y no el objetivo en sí mismo. Toca ahora explicar la realización del proyecto multimedia. ¿Cómo evaluamos el proyecto final que se ha ido elaborando a lo largo del curso, paralelamente a las actividades realizadas en otros medios, y conforme al sílabo o programa?
Segundo post sobre los criterios de evaluación. Anteriormente, mencioné la importancia de la evaluación continua en unos cursos que se plantearon a partir de proyectos destinados a proporcionar una experiencia educativa global a estudiantes y profesores. Huelga decir que tales proyectos se plantearon desde los conceptos de transmedia y multimodalidad (abordados en los primeros post de este blog). Y desde la asunción de roles diferentes, en el caso de aquellas tareas grupales. ¿Cómo evaluar a este nuevo tecnoestudiante que se mueve en actividades y ambientes tan distintos (colaborativos)?
Hoy retomo uno de mis temas favoritos: el relativo a los criterios de evaluación en un aula TIC. Pues si los medios o canales de comunicación empleados en el aula tecnológica conducen, inevitablemente, a la exploración de nuevas pedagogías y enfoques, el cómo evaluemos al estudiante debe ser materia central de las preocupaciones del profesor. ¿Cómo podemos evaluar al estudiante tecnológico? ¿Qué debemos evaluar? En sucesivos post repasaré los criterios que seguimos en el lanzamiento piloto de The Littera Project, y que no difiere de aquellos mantenidos por otros investigadores dedicados a la enseñanza con medios tecnológicos, como reseñaré finalmente.
En los post anteriores comentaba lo urgente que es apostar por la incorporación de algunos cambios en la pedagogía escolar, antes de convertir las clases en centros tecnológicos "per se": colaborar, compartir... son términos que ya se van filtrando y asentando, a pesar de que en los currículos escolares no se aprecien grandes cambios, especialmente en la Educación Superior. Pero algo se mueve, es cierto. Así que cuando uno observa las plazas docentes que las universidades ofertan uno detecta que, en efecto, existen ya pasos que lentamente se encaminan hacia algo. Y, sin embargo, habría que definir y concretar algo más ese "caminar hacia algo", porque... cuando un departamento pide a los candidatos a ese nuevo puesto de trabajo la incorporación de una docencia "innovadora"... ¿a qué se refiere exactamente con este término? ¿En qué consiste una enseñanaza innovadora? ¿Qué busca ese departamento exactamente?
Sigo con mi Carta a la Academia, acerca de la conveniencia de la tecnología en el aula. En este post reflexiono sobre el prestigio académico y ese mercadillo-bazar que es internet. Se suele decir que en internet no abunda la calidad, que hay demasiada información desorganizada y con falta de criterio, la mayor parte de las veces. Parte de la Academia se centra en la idea de que internet queda alejado del rigor académico, porque es un totum revolutum, por el que la élite académica no debería dejarse arrastrar.
La redacción de la tesis me tiene algo apartada, este año del proyecto The Littera, así como de la actividad en el blog y otras redes sociales, como por ejemplo, twitter. A pesar de lo cual he pensado en teclear unas líneas aquí, acerca de un tema que más que interesarme, ya me preocupa. Este post debería estar en inglés y debería, sin duda, titularse "Carta abierta a la Academia". Lo malo, es que, por un lado, el formato de carta abierta me resulta, en este caso, demasiado combativo, al tiempo que por otro, en inglés perdería la gracia salerosa con que procuro adornar mi prosa. Dicho lo cual, animo a cualquier nativo hablante a que traduzca el texto aquí dejado, por si considera que alguien, más allá de lo íntimo que resulta esta plataforma mía personal, deba reflexionar sobre las cuestiones aquí planteadas.
Hora de reflexiones, una vez acabado el curso... Iré mencionándolas poco a poco en sucesivos posts. Estos días me estoy dedicando a recorrer el panorama peninsular para ver lo que ofrecen las universidades, escuelas, cuando se implican en el e-learning. Y es que me llama la atención lo rápido que han surgido lugares en los que aprender, la amplia gama de estudios que se ofrecen, y las plataformas (en casi todos los casos cerradas) que prometen todo desde eficaces diseños. El problema es que, a veces, cuando uno va más allá, comienza a encontrarse con una realidad poco alentadora.
Interesantísimo vídeo del debate acerca de la educación e internet. Algunos mitos se desmoronan: la Enciclopedia Británica tiene más errores que Wikipedia... Que los profesores y sus clases generen contenidos...El modelo actual de aula no funciona... Transmedia en marcha... Somos muchos los que ya estamos en ello. Sólo nos hace falta un empujoncito ;-)
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